INVENTOR DEL EKG........
En 1895 Willem Einthoven, diferencia cinco ondas, que él denomina P, Q, R, S y T, utilizando un voltímetro mejorado. En 1901, Einthoven inventa un galvanómetro a cuerda utilizando un filamento fino de cuarzo revestido en plata, para producir electrocardiogramas. Publica su primer artículo científico para comunicar la experiencia con el nuevo galvanómetro y su utilidad para registrar los potenciales cardíacos.
En 1924 Einthoven recibe el premio Nobel por inventar el electrocardiógrafo.
DIAGNOSTICO?
fuente : revescardio.
y.............
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miércoles, 16 de marzo de 2011
lunes, 14 de marzo de 2011
CIRUJANO DUPUYTREN
Pierre Guillaume Dupuytren nació el 5 de octubre de 1777
Fractura de Dupuytren
Enfermedad de Dupuytren
Museo de dupuytren
Su disciplina rigurosa pronto le hizo ser conocido, respetado y temido. Llegaba a las 6 en punto al hospital. Rodeado de sus alumnos, escoltado por ellos recorría las salas, de lecho en lecho, precisando los diagnóticos, verificando los vendajes y las curas, consolando a los enfermos. Exigía mucho. De su personalidad emanaba un magnetismo que era bien percibido por sus centenares de alumnos, los otros médicos, los extranjeros que venían a visitarle, los cirujanos célebres que querían ver su trabajo y hasta los literatos que iban a verle atraídos por su talento y sus éxitos. A sus 40 años tenía la capacidad y la experiencia de un hombre de 60. Llegaba al diagnóstico exacto por los caminos de la razón. Cuando terminaba su lección comenzaba a operar. Se decía de él que ´tenía los dedos cortos, gruesos, sin agilidad ninguna lo que no es un piropo para un cirujano y que no brillaba operando precisamente por su cuidado y delicadeza. Era la voz de sus enemigos envidiosos de su talento. Pero su frialdad, su sangre fría era proverbial. Con el bisturí y las pinzas en las manos, hablaba operando delante de una numerosa asistencia. Describía las vías adecuadas de penetración en el área enferma, señalaba lo que había que evitar y demostraba cómo había que llegar a la lesión, así como los límites de lo que había que seccionar. Rechazaba las operaciones no indispensables.
Fractura de Dupuytren
Enfermedad de Dupuytren
Museo de dupuytren
Su disciplina rigurosa pronto le hizo ser conocido, respetado y temido. Llegaba a las 6 en punto al hospital. Rodeado de sus alumnos, escoltado por ellos recorría las salas, de lecho en lecho, precisando los diagnóticos, verificando los vendajes y las curas, consolando a los enfermos. Exigía mucho. De su personalidad emanaba un magnetismo que era bien percibido por sus centenares de alumnos, los otros médicos, los extranjeros que venían a visitarle, los cirujanos célebres que querían ver su trabajo y hasta los literatos que iban a verle atraídos por su talento y sus éxitos. A sus 40 años tenía la capacidad y la experiencia de un hombre de 60. Llegaba al diagnóstico exacto por los caminos de la razón. Cuando terminaba su lección comenzaba a operar. Se decía de él que ´tenía los dedos cortos, gruesos, sin agilidad ninguna lo que no es un piropo para un cirujano y que no brillaba operando precisamente por su cuidado y delicadeza. Era la voz de sus enemigos envidiosos de su talento. Pero su frialdad, su sangre fría era proverbial. Con el bisturí y las pinzas en las manos, hablaba operando delante de una numerosa asistencia. Describía las vías adecuadas de penetración en el área enferma, señalaba lo que había que evitar y demostraba cómo había que llegar a la lesión, así como los límites de lo que había que seccionar. Rechazaba las operaciones no indispensables.
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